domingo, 12 de abril de 2015

PIEZA DEL MES DE ABRIL DE 2015: BACÍA.

El barbero era la persona cuyo oficio es embellecer y rasurar la barba de los hombres y por extensión el peluquero especializado en el género masculino.

La bacía era el recipiente que usaban los barberos para colocarlo debajo de la persona a la que estaban afeitando para humedecer y jabonar la barba. Era una vasija cóncava y grande que podía ser de cobre, hojalata o cerámica, con escotadura semicircular en el borde (para encajarse en el cuello del cliente).

El barbero a causa del analfabetismo de la población colgaba una bacía de hojalata o cobre sobre la puerta de entrada, para que el establecimiento pudiera ser identificado con una barbería.

Esta profesión es antiquísima, los monumentos antiguos representan a los egipcios rasurados y con el pelo cortado, y en los papiros se mencionan a los barberos como individuos que vivían exclusivamente de tal oficio.


En la segunda mitad del siglo XIX, la barbería era uno de los puntos o lugares más importantes de cualquier zona rural o urbana en Extremadura, al igual que en el resto de España.. Éste, además de barbero, era también sacamuelas, cirujano y sangrador, y a menudo se convertía en confidente y comunicador de buenas y malas noticias. Este personaje solía ser tan hablador que en nuestro lenguaje común ha permanecido la expresión “habla más que un sacamuelas”.

Como curiosidad el sombrero que escoge Don Quijote para llevar sus andanzas es la bacía de un barbero. Así lo narra Cervantes en el Capítulo XXI, que trata de la alta aventura y rica ganancia del yelmo de Mambrino, con otras cosas sucedidas a nuestro invencible caballero.

Fue donado al museo por José Rodríguez Murillo en el año 2009.



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